si voy a estar sola, que sea con ustedes

If I’m going to be alone
Let it be with you

Look up not down

It all comes around
Even when you’re gone
We can always come back to this

Look up not down
It all comes around
Even when you’re gone
We can always come back to this

Brian Tyree Henry

Se agolpan las ideas, las imágenes pasadas y presentes. Me veo parada en la ventana junto a mi hermano recordando como de niños veíamos hacia la glorieta esperando ver los faros encendidos del Maverick de mi papá llegando por fin a casa y sintiendo en ese momento como ya nunca lo veríamos volver. Me veo parada frente a la cama del hospital despidiéndome en esta vida de mi querida Daniela. Me veo sentada frente a la televisión sosteniendo el teléfono recibiendo el agradecimiento de mi querido Juan antes de partir. Me veo escuchando el último audio de Erika diciendo un último te quiero. Me veo sosteniendo a mi Missy viendo sus ojos azules antes de dormirla.

Recuerdo esas imágenes y voy sintiéndome como se me va estrujando el corazón, para volverse a abrir en la siguiente respiración. Aunque estas han sido mis despedidas definitivas y la intensidad de la tristeza a momentos sigue siendo alta, también me doy cuenta que no es un dolor que rasgue. Si bien sé que los duelos se elaboran, no puedo dejar de observar el misterio que se despliega en mí, en mi mundo.

No dejo de vivir como he perdido tanto, pero he ganado tanto. Lo que me dejaron vacío, lo que dejaron repleto. Los momentos en los que vivo su partida como las batallas que perdimos y la paz que me inunda de habernos separados en paz. Como duele y como hay un impulso de seguir. Como mi vida era mejor porque ellos estaban y como mi vida es mejor porque ellos estuvieron.

A mis queridos ausentes en cuerpo, pero presentes en su fuerza. Los amo, los honro.

crédito imagen: The Moon Casimir ART

Bitácora de mis viajes por la letra R; Capítulo 4: Los contratos, los planes, los recorridos

(Y en el principio fue la música: Spotify (soundtrack para el trayecto)

Nota como prefacio:

El significado de los contratos

«Coincidencias tan extrañas de la vida, tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio…y coincidir.

A. Escobar

Cuando inicié la bitácora de mis viajes, solo incluía la crónica. El momento que los relatos variaron su mirada fue cuando integré el término de contratos espirituales a mi forma de observar mi relación con el mundo. De mi sistema de creencias el concepto de contrato espiritual ha sido uno que me ha permitido encontrarle no solo significado, sino un sentido de trascendencia a las relaciones en mi vida. Me ha permitido ecualizar la relevancia de aquello que experimento como significativo y puedo validar mi sentir sobre una experiencia dependiendo de la intensidad, y por consecuencia, de la influencia que alguien llega a tener en mí cuando coincidimos.

Recalibrando la brújula usando el magnetismo de la palabra:

Explicitando el Plan A

I’ve been roamin’ around, always lookin’ down at all I see
Painted faces fill the places I can’t reach
You know that I could use somebody
You know that I could use somebody
Someone like you
Kings of Leon

He de decir que me sentido desacomodada, me siento inconclusa, desestructurada, caótica. La brújula no apunta para el Norte. Mucho se ha movido en mí e intuyo que me será más sencillo orientarme, si me enfoco en ir redirigiendo el cauce. Esto que escribo, lo escribo para mí, buscando Norte, colocarlo en mí y esperanzadamente que este cauce aporte algo que sea significativo para ti.

Me sorprendió la magnitud de este contrato. El impacto que ha tenido en mí ha sido del todo beneficioso, del todo incómodo y repito: totalmente desacomodado. Lo primero a lo que necesito otorgarle espacio en el ejercicio de reacomodo es a las palabras que no explicité desde el inicio. Al parecer generé con las omisiones un vórtice de entropía. Esto pasa cuando le apuesto más a mis leyes que a las de la naturaleza. No pude dejar de pensar en las leyes de la termodinámica. Volví a ignorar que ante el aparente equilibrio, solo le puede seguir el caos. No anticipé como iba a intensificarse el desorden. Casi que parezco nueva, jugando a aventar las mismas piedras para arriba. Pues vale, a aprovechar la tercera ley: la imposibilidad del cero absoluto. Nada, absolutamente nada deja de moverse… sencillamente porque no puede violarse el principio eterno de incertidumbre.

Aprovechando el movimiento y por consecuencia, la incertidumbre; me regreso al instante que preguntaste el por qué de un café. Revisando lo ocurrido, simplemente, debí haber hecho full disclosure. Entiendo el motivo de mi omisión y es que cuando pusiste en el centro la pregunta, estaban en el aire los subtítulos: Solo estabas afirmando que habías cambiado de parecer. Luego entonces, no encontré sentido en explicar a lo que voy a denominar: El plan A. Tristísimo, el plan A había concluido antes de empezar. Llámele precaución, llámele desilusión, llámele moderación; el asunto es que me faltó visión, esa parquedad la he pagado cara.

Así que heme aquí explicitando con la única intención de que nos sintamos más ligeros de aquí pa’l real. Me sostengo en mi respuesta: Yo sentía una gana de acercarme a ti. Verás, el plan A era muy poco estructurado, era más bien como un impulso. Esa gana, ese plan A, en mi cabeza se veía como algo rosa, romántico, emocionante, sensual, intenso, pero sobretodo: bonito. Parte de lo bonito es que incluía la conciencia de que habría de ser aterrizado y realista. Por aterrizado y realista, me refiero a que iba a ser breve, como cuando conoces a alguien en un viaje, cuando te alejas de la estructura del diaro y en otro espacio se da lo que en el mundo cotidiano no tiene cabida.

No podía visualizarlo de otra manera dadas las diferencias. Principalmente, lo distinto de los momentos de vida, lo distinto en las edades, calculaba lo breve como única posibilidad. Parecía ser que se abría una ventana de oportunidad y mientras estuvo abierta, me valía la pena aprovecharla. Se me antojaba vivirlo, pero el ilusionante plan A se canceló y de su subsecuente inviabilidad, se derivó el plan B. He de decir que el universo, el mundo espiritual, la inteligencia superior, como se le quiera llamar, jugó magistralmente esta derivación de plan, porque sí me llevó a retomar un viaje… y a los lugares que me ha llevado, no hubiese yo regresado por iniciativa propia.

El magnetismo del viaje:

Los destinos del Plan B

En un mundo descomunal
siento mi fragilidad
Nacha Pop

El plan B lo he ido escogiendo conforme se ha ido revelando, y digo escogiendo porque sé que tengo la opción de volver a regresarme, pero ha resultado más fructífero ver que partes de mí puedo recuperar, que mal entendidos ya tengo la capacidad de aclarar, las promesas que ya puedo devolver, las deudas que ya se pueden saldar. El plan B lo han guiado los fantasmas del pasado. Inevitablemente, en el plan B ha estado incluido revisitar mi historia de rechazo, los lugares que vieron nacer y resguardan mis heridas.

En primer lugar se me mostró a los buenos hombres en mi vida a los que no les pude decir que sí y me conmovió profundamente la gentileza con la que aceptaron mi no. Me siento agradecida de cómo han podido ofrecerme su amistad. Recordé como en estos años no he podido evitar sentir celos por quienes han sido sus parejas, celos de que ellas sí pudieron decir sí. A ellos los admiro y los quiero. No sé si algún día llegue a entender como es que no pude aventurarme a explorar que había para mí en la posibilidad que ellos ofrecieron y que no pude tomar, solo comprendo y sé que ese no era mi lugar.

El siguiente lugar al que estos fantasmas me llevaron fue a mi historia con los hombres «jóvenes«, lo escribo con una sonrisa porque son recuerdos de adolescencia. Tenía tantísimo que no los recordaba, el reto que implicó atreverme a ser novia de alguien uno o dos años menor que yo. Ha sido precioso recordarlos en lo dulce de la experiencia, se me vuelve a llenar de mariposas el corazón. Recordar esa gama de afecto rosa, me ha permitido recuperar las sensaciones de esa época tan llena de ternura. He sido afortunada. Tus ojos, me recuerdan sus ojos.

Me ha tocado recordar a quienes no aceptaron mi negativa y lo desagradable de los recuerdos de sentirme trasgredida en mis límites. El enojo que llegó a ser rabia, el temor, la desesperación. Lo expuesta que estuve. El miedo que viví. Lo cruel que llegué a ser. Los extremos a los que llegué para sentirme respetada. Los remanentes del cansancio que he cargado conmigo al haberme vivido escapando. Lo defendida que me volví desde entonces. Recordar como tuve que ser o como sentí que tenía que ser, me lleva a agradecer tu amabilidad.

Desde la piel de Eowyn,

El laberinto infinito de insuficiencia

«Y sin embargo, yo quisera saber si ella es todo lo que él necesita. Probablemente no. O él se hubiera quedado a su lado. Habría que entender que él en todo momento es libre de elegir a quien amar. Y eso no significa que ella no sea digna de amor. Ella lo es, ciertamente lo es. 

Y sin embargo, cuando estás en la piel de Eowyn es difícil no sentir que no eres suficiente para él. Y probablemente no sea así, y de alguna manera sí lo es. ¿Cuál es la lección que ella debe aprender? De dónde asirse en una situación así… ¿Y será que Aragorn es todo lo que ella necesita? Es su deseo compartir con él su esencia, compartir su ser, luchar junto a él y por él.» – Yo misma, hace unas vidas atrás (https://fasesdeunaluna.wordpress.com/2009/08/18/desde-la-piel-de-eowyn/)

El recorrido también se ha ido a revivir las heridas de no haber sido escogida, me ha llevado a darme cuenta de los procesos que dejé inconclusos, de como decidí darle vuelta a las páginas con la mayor rapidez posible con tal de no sentir ese dolor o lo que es peor, como me congelé para tampoco vivirlo. Como es de esperarse ese dolor no se ha ido a ningún lado. Me ha seguido esperando en el mismo lugar y con la misma gente y sí… volví y no encontré nada extraño.

Me he vuelto a leer, lo que escribí en vidas pasadas. He regresado a ese mi laberinto, al eco de mis voces preguntándome una vez más si soy lo que alguien más necesita. Regreso a tocar esas grietas de mi incompletud y que he traducido como insuficiencia. Esta historia que escribí a oscuras desde la angustia, queriendo dilucidar qué me faltó, por qué no fui suficiente. Los retiros que viví como si hubieran sido mi culpa, como si hubiera estado en mí evitarlos. Entro a esos pasillos ahora con la intención de revocar la errónea sentencia que inscribí en piedra: «Si yo hubiera sido suficiente se hubieran quedado«.

Escojo hoy recorrer una vez más esos pasadizos con una nueva luz, buscando a las versiones de mí misma que culpé. Recogiendo esas lágrimas, acogiendo esos sollozos, desactivando esos ecos. Atendiendo mi abandono y con esta presencia se apacigua mi desconsuelo.  En momentos vuelvo a avanzar en penumbra, pero se van aclarando las sombras, los espejismos, las conclusiones falsas que guiaron la narrativa de las crónicas anteriores.

Me enorgullezco de la que soy aquí y ahora recorriendo estos espacios reducidos entre paredes estrechas, me sigue sosteniendo el valor y la esperanza de que estas batallas están encontrando paz.  Veo como todo se fue acomodando, como he ido construyendo mi vida con lo que necesito y deseo; dándome cuenta que sí me siento y sí soy más completa. Ya no hay deudas que cobrar, hay algunos rencores que aún siento satisfacción en guardar, por lo pronto los dejaré ahí, en el laberinto. Tal vez en un futuro vuelva por ellos.

De los suspiros que separan

a las tangentes por siempre

Here we stand
Worlds apart
hearts broken in two
Sleepless nights
Losing ground
I’m reaching for you

Someday love will find you
True love won’t desert you
You know I’ll still love you
Though we touched
and went our separate ways
Journey

También los fantasmas me han llevado a revisitar el par de veces que no pude creer mi mala suerte de haberme topado en el momento incorrecto con las personas correctas. Las veces que sentí la certeza que pude allí haber sido feliz, cuando sentí que estaba en casa. Esos acercamientos agridulces en el camino, la liberación al aceptar: «En esta vida, no«. La resignación de ser tangentes, acercarte tanto para no poder llegar a unirte… más misericordioso hubiese sido el paralelismo, pero no… valió la pena vivirnos cerca. Luego como asíntotas, una vez cercanos, lo siguiente fue separarnos a cada suspiro y continuar la propia trayectoria.

El recorrido por los callejones de «si yo hubiera, si tú hubieses«. De vez en vez pienso en ti y voy tejiendo un hilado de suspiros, de lo bueno que hubiese sido coincidir en la línea del tiempo. Conociendo de lo que soy capaz, pienso que muy seguramente me hubiera armado de paciencia y le hubiese apostado a ver un futuro. ¿Ves cuántos hubieras? Y con cada hubiera… un suspiro.

Donde te veo,

Me vi

I took my love, I took it down
I climbed a mountain and I turned around
And I saw my reflection in the snow-covered hills
‘Til the landslide brought me down
Oh, mirror in the sky
What is love?
Can the child within my heart rise above?
Can I sail through the changin’ ocean tides?
Can I handle the seasons of my life?
Fleetwood Mac

Sobre todo, en el trayecto me ha tocado verme en tu reflejo. Te veo donde me vi. Sería presuntuso de mi parte asumir que sé de cierto lo que sientes, pero lo que me atrevo a decir es que me remueve lo que tengo pendiente de mis historias de desamor. Me cuesta muchísimo no decirte lo que reconozco en ti, porque lo he vivido. No he sabido, aún no sé cómo ofrecerte contención en los vericuetos que transitas. Hay días que te he visto y te he abrazado desde el corazón para intentar reacomodarte cuando te he sentido roto. Se me quedaron hechos nudos esos abrazos en la voz, en los ojos y en las manos.

Ventajosamente y venturosamente, me atrevo también a decir que observarte no solo me remueve mis pendientes, también me reafirma lo que ya sané. Ver los remanentes, también me deja ver lo que ya está completado y eso me hace sentir más ligera y me aligera también saber que vas a estar bien y se me desenredan los nudos que se me formaron.

Lo más benéfico de este plan B y sus recorridos a las fisuras pasadas, fue reactivar las memorias del cuerpo y del alma de cuando me sentí devastada y me cerré. No solo he reconocido mi sensación de abandono, se vuelve más nítida la sensación de presencia de quienes sí se quedaron, los que llegaron, los que no se fueron. En ese tiempo que no estuve disponible en modalidad pareja, tuve la gracia de contar con los hombres de mi vida. Ellos se volvieron mi contención. Nunca más me he vuelto a sentir sola. Me han llenado de amor, de alegrías, de complicidad, de cuidados. Ellos han sido el muro de masculinidad que me ha resguardado mientras me restablezco y sano cuando me he sentido destruída y cuando vuelvo a sentir que me fracturo. Mi agradecimiento eterno se va a mis queridos grandes hombres por haberme sostenido y seguir haciéndolo. Mis figuras paternas, mis figuras fraternas. He sido muy afortunada.

La matriz de posibilidades,

lo explícito y el Plan C

And high up above, or down below
When you’re too in love to let it go
But if you never try, you’ll never know
Just what you’re worth
Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you
Cold Play

He de confesarte que la mayoría de mis grandes vínculos han iniciado en momentos como el que estás viviendo. Tengo ojo y piel para darme cuenta que el camino de alguien se llenó de ausencia. Conozco mi capacidad. Sé dar presencia y sé dar espacio, sé ser buena camarada en batallas. Sé ser buena amiga y no me da miedo ser leal en los momentos oscuros. La vida me ha recompensado con que pasada la tormenta, esos vínculos los hemos vivido los que nos acompañamos desde la paz y con la confianza que lo que se ha vivido en medio de la lucha, se forja siempre para los mejores tiempos.

Algo en mí sigue buscando ir hacia ti y de ahí que creo que esta crónica, este capítulo que te he narrado, es el plan C. Cuando yo me rompí en desamor, me sostuvo una red. Tejer un hilo en tu red es el plan C. Dijiste entonces: «No quiero sentirme en deuda», yo también no quiero que lo sientas ni quiero sentirme en deuda tampoco. Te vuelvo a compartir mi mirada de ti, como bordando ese hilo. No lo sé, pero tal vez en un futuro algo de lo que aquí leíste, te acompañe. Pudiese ser que alguna palabra que aquí encuentres, te conforte. Que dimensiones como el simplemente ser tú y tu presencia tienen la capacidad de aportar, inclusive para alguien que no se siente tan cercana.

Te deseo en el corazón que tu vida vaya hacia donde anhelas, que tengas el valor, la fuerza, la compasión de permitirle a tu alma agotar y disolver sus apegos. Que el rumbo que decidas te lleve al mejor puerto y que si por algo no es puerto seguro que siempre te guíe buena estrella para encontrar uno que sí lo sea.

Estos planes los inicié con la intención de vivir algo bonito. En este plan C traduzco mis ganas de que te lleves contigo algo de mí y que este coincidir sea provechoso también para ti. Soy fervorosa creyente en la belleza de la buena compañía, de que cada encuentro, cada contrato encierra un potencial que si te atreves a vivirlo, te regresa un pedacito de ti mismo que el otro custodiaba.

Ojalá y nos quedemos con lo bonito y si la matriz de probabilidades no genera un plan extra, aprendo de mi error inicial, y sintiéndome más acomodada, me pongo en pausa temporalmente al mantenerme explícita: Gracias por la ilusión del plan A, lo necesitaba. Gracias por ser la inducción al plan B, lo necesitaba. Gracias por leer el plan C, lo necesitaba.

Godspeed, R.

y.

Imagen: Créditos MOONLIGHT is a collage project about ONEIRIC world

del futuro: propósitos, proyección e intencionalidad

Como es tradicional en esta época de inicio de año, mi atención se fue hacia el tema de los propósitos. He de decir que, rápidamente, decidí no enfocarme en hacer un listado, lo que decidí fue enfocarme en la intencionalidad. Así entonces, llevo varios días pensando: ¿qué es lo que deliberadamente escojo para mi vida este año? Esta pregunta me llevó a un momento en el pasado.

Recordé cuando mi primera terapeuta me hizo tres preguntas: ¿Cómo te ves a cinco años?, ¿Cómo te ves a diez años? y ¿Cómo te ves a quince años? En ese momento me llegaron imágenes muy vagas, pero lo significativo fue que de esas tres preguntas, me surgió una más: ¿Qué debería estar haciendo para que mi vida en cinco, diez y quince años sea como yo la imagino? No quiero dar la impresión que de esa pregunta se haya derivado un plan estructurado con metas a corto, mediano y largo plazo. Me complace informar que la primera decisión que tomé tras salir de esa sesión de terapia fue organizar una cena con un par de amigos. Parecería algo muy trivial, pero esa puesta en acción implicó el inicio de la siguiente etapa de mi vida. Un pequeño paso para esta mujer y un gran paso para la posteridad.

Han pasado varios años de esa sesión y la vida que tengo hoy no es ninguna de la imágenes que evoqué en ese momento. Creo que la vida que tengo hoy, nunca la imaginé; pero lo que sí puedo constatar es que mi vida hoy está alineada con las intenciones que han emergido desde que soy niña.

Me recuerdo en edad escolar con preguntas de angustia existencial, sintiendo el temor de no poder descubrir cuál era mi misión en esta vida. Hoy puedo decir que como niña y luego adolescente y varios años de adultez llegué a creer que la respuesta era solo una. Me doy cuenta que probablemente pudieron ser muchas, pero escogí una en particular, mi intención era hacer algo importante para otros, algo que trascendiera. Era mucho pedirme definir exactamente los cómos, los fui descubriendo porque han sido el producto de una co-construcción. Escogí que misión fuera aportar algo de mí a otros y me siento muy agradecida de siempre haber encontrado los espacios para hacerlo desde muy temprano y de varias formas. Seguro hubo muchas maneras de lograrlo que no contemplé, pero las que escogí me dejan hoy iniciando el 2023 satisfecha y con la certeza que seguiré encontrando los espacios, las personas, las oportunidades para seguir haciéndolo.

Me doy cuenta que por mucho tiempo he querido encontrar «la respuesta», me miro compasivamente al darme cuenta que esa fue en gran parte mi angustia: creer que solo hay una mejor respuesta. Así que confío en lo que me ha traído al punto de vida en el que estoy, preguntarme una vez más: ¿Cuál es mi intención? y escoger las mejores respuestas se vayan co-construyendo paso a paso.

El laberinto, mis inicios en terapia EMDR

Estas dos últimas semanas han sido muy intensas, mi cuerpo no para de decirme que me siento rebasada en mis recursos. Desde mis inicios al dar terapia he tenido la experiencia de encontrarme con casos que han sido complejos. Ahora que estoy iniciando en mi práctica con la terapia EMDR, así me vuelve a pasar. 

Mi experiencia está siendo la de caminar por el laberinto como Teseo, como este ego inexperto que lleva consigo más su voluntad que experiencia. En otros momentos he pensado a Ariadna como una figura de inteligencia, pero en este caso la significo más como esperanza. 

En la semana me sentí avanzando por estos pasillos oscuros, sintiendo como estoy cerca del monstruo y dudo de mi pericia. Lo que me sirve es sentir en mi mano ese ovillo que me guiará de vuelta hacia la luz. Estoy dudando de mi valor también, me está doliendo mi humanidad. Me está doliendo mi ignorancia, la incertidumbre. Me temo que el navío que regrese a casa pueda llevar izada la vela negra, pero sigo avanzando con todo y el miedo. Quienes sabemos que tenemos una misión, nos causa gran dolor abandonar el compromiso.  

Así entonces, tomo con fuerza ese ovillo con la esperanza que iré aprendiendo nuevas maneras y que esto es solo una fase, necesitamos seguir avanzando, la luz se irá mostrando. Iré ganando más experiencia, tendré más herramientas para adentrarme en estos lugares oscuros del dolor humano. 

Lo que veo es la necesidad de tener más especialistas entrenados en la atención de casos complejos, con una visión humanista, que puedan dar presencia, que puedan brindar la esperanza a personas, matrimonios, familias de que pueden vivir vidas más tranquilos, que pueden recuperar la espontaneidad, la flexibilidad, la salud, el vínculo. 

Así es este compromiso que tenemos los terapeutas de seguir creciendo, actualizándonos, supervisándonos, sosteniéndonos aun en medio de estos laberintos.  

el campo de la experiencia es flexible y transitable

El campo de la experiencia es flexible; de no ser así, nunca cambiaríamos. También es siempre transitable. Y esta elasticidad, esta capacidad para ensanchar el self en una nueva forma mientras mantiene las fuerzas dinámicas de la organización dada del self, en ninguna otra época es más evidente que en la adolescencia.

Mc Conville, Mark (2020). 1a. Edición Mexicana. Adolescencia: El Self Emergente en la Psicoterapia. Ed. Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt, A.C.

«Las características de la personalidad tiene sus raíces en recuerdos tempranos que han hecho que el cliente permanezca en un estado emotivo infantil y que posea la perspectiva de un niño… al procesar todos los recuerdos disfuncionales, quizá se cumpla una función útil y posiblemente no se requieran muchos años para llevar a cabo dicho procesamiento, debido a la facultad de agrupar los recuerdos y de generalizar los efectos del tratamiento.»

Shapiro, Francine. (2004) EMDR Desensibilización y Reprocesamiento por Medio del Movimiento Ocular. Editorial Pax

los síntomas y sus destinatarios

Me compartieron un grupo de colegas sobre un webinar impartido recientemente por Ximo Tárraga, para el IHPG, que al hablar de síntomas, él les dijo: “El síntoma siempre lleva dedicatoria.” Y sí, sí que lo lleva. Uno de los aspectos más desafiantes, me parece, en la práctica de la terapia es liberar la situación terapeutica del juicio. Juicio del terapeuta y el juicio del terapeante, porque todo juicio implica que algo en el terapeante es fallido o enfermo. Esta postura que lleva al diagnóstico tiene otra cara, una polaridad, y es mirar el sufrimiento del otro. Sin duda a todos nos ha llevado a terapia un sufrimiento. 

Tal vez nos resulte imposible de creer que alguien pudiera obtener alguna ganancia de sufrir o tal vez nos resulte hasta lógico. Sin embargo, me conmueve el que se puede quedar en la memoria que para ganar lo que necesitábamos fue necesario sufrir. Ese sufrimiento eventualmente saldrá a la superficie como un síntoma, buscando ser visto, ser atendido. Me pregunto: ¿De quién es la mirada que estamos buscando?

Noto que tenemos dos vías, el observar con la dureza del juicio de lo inapropiado del precio que pagamos para proteger esas ganancias secundarias, esas “secret agendas”, esas miradas. La otra vía es un camino compasivo que puede enternecernos y ver cómo aquello que estamos pagando es lo suficientemente valioso y justifica comprometer nuestro bienestar. Como algo en nosotros es capaz de hacer ese sacrificio con tal de sentirse valorado, protegido, visto, amado. Después de todo y al final, todo se reduce a esa necesidad de amor de un otro, ya que somos gracias a que hay un otro y yo deseo que todos tengamos la fortuna de encontrarlo en diferentes formas, en diferentes lugares, en diferentes relaciones. Que en este mundo nos sostengan varias miradas.